Cuando piensas en salud masculina, probablemente te vengan a la mente palabras como “gimnasio”, “dieta” o “barba bien recortada”. Pero hay una parte fundamental del bienestar de los hombres que muchas veces queda en segundo plano, enterrada bajo frases como “yo puedo solo” o “eso son tonterías”. Hablamos, por supuesto, de la salud mental masculina.
Junio es el mes de la concienciación sobre este tema. Aunque en realidad, cualquier mes es perfecto para recordar que hablar de emociones no te hace menos hombre, te hace más humano.
¿Por qué la salud mental masculina necesita más visibilidad?
Aunque todos, sin importar género, podemos experimentar ansiedad, depresión o estrés, los hombres suelen estar menos dispuestos a pedir ayuda. Y no es porque no lo necesiten, sino porque han crecido en una sociedad que les ha dicho (directa o indirectamente) que los hombres no lloran.
Spoiler: los hombres sí lloran. O al menos deberían sentirse con la libertad de hacerlo.
Las estadísticas hablan por sí solas. En muchos países, los hombres enfrentan consecuencias más graves cuando no se atiende su salud mental a tiempo. No porque sufran más, sino porque muchas veces no buscan apoyo hasta que la carga se vuelve insostenible. La falta de conversación, la presión por “mantenerse fuerte” y el miedo a parecer “débil” son enemigos silenciosos que siguen cobrando factura.
¿Cómo se puede apoyar la salud mental masculina?
La buena noticia es que todos podemos poner de nuestra parte. Aquí van algunas formas reales y útiles de apoyar:
1. Hablemos claro (y con humor, si hace falta)
No todo tiene que ser un dramón. A veces un “¿todo bien, colega?” sincero abre la puerta a conversaciones importantes. El humor puede ser una buena forma de romper el hielo, siempre y cuando no sirva para tapar lo que duele.
2. Validar sin juzgar
Si un amigo, hermano o pareja te dice que se siente mal, no le sueltes el clásico “eso se te pasa”. Escucha. A veces, lo que más necesita alguien es sentirse entendido, no solucionado.
3. Normalizar ir a terapia
¿Sabes qué más debería ser parte de la rutina, como lavarse la cara por la mañana? Ir a terapia. No hace falta estar al borde del colapso para buscar ayuda profesional. Se vale ir para conocerse mejor, aprender a gestionar emociones o simplemente tener un espacio seguro donde soltar lo que pesa.
4. Darle espacio al cuidado personal (no sólo piel y cabello)
El cuidado personal no es solo para influencers con velas aromáticas. Tomarse tiempo para uno mismo —ya sea meditando, corriendo o aplicándose un buen hidratante facial (guiño, guiño)— también es salud mental. Cuando cuidamos el exterior, también estamos enviando un mensaje de valor al interior.
Hablemos, aunque cueste
Romper con años de estigmas no es fácil. Pero el silencio no ha funcionado. Es hora de cambiar la narrativa. Porque ser fuerte también significa saber cuándo parar, cuándo pedir ayuda y cuándo compartir lo que llevamos dentro.
Desde DisMANtle, creemos que la cosmética masculina no es solo cuestión de imagen, sino de bienestar integral. Y eso incluye (faltaría más) la salud mental.
Así que este junio, aprovechamos para recordarte que hablar salva. Sentir no es debilidad. Y cuidarse es cosa de hombres.
Y tú, ¿Cómo estás hoy de verdad?